lunes, 30 de septiembre de 2019



Sida felino

Si tienes un gato, sabes que estos animales de compañía son muy especiales. Como mascotas, los felinos son fieles compañeros y si quieres cuidarlo tanto como él a ti es importante que sepas las enfermedades que pueden sufrir para prevenirlas y tratarlas.
El sida en gatos es una de estas enfermedades y junto a la leucemia felina, es una de las que más afecta a la población gatuna. Sin embargo, aunque no tiene una vacuna, se puede tratar de forma efectiva.
Cuida y consiente a tu mascota, no te asustes y conoce en detalle esta enfermedad, las formas de contagio, los síntomas y el tratamiento para el sida en gatos.

VIF – El virus de inmunodeficiencia felina

Conocido con las siglas VIF, el virus de inmunodeficiencia en gatos es un lentivirus que sólo ataca a los gatos. Aunque se trata de la misma enfermedad que afecta a los humanos, es producida por un virus distinto, por lo que lo que el sida en gatos no se contagia a humanos.
El VIF ataca directamente el sistema inmunitario, destruyendo los linfocitos-T, lo que trae como consecuencia que el animal sea vulnerable a otras enfermedades o infecciones menos importantes, pero que con esta condición pueden llevar a la muerte.
Detectado a tiempo, el sida felino es una enfermedad que se puede controlar. Un gato infectado, que siga el tratamiento adecuado, puede tener una vida larga y digna.

Transmisión y contagio del sida en gatos

 

Para que nuestra mascota se contagie de sida necesita estar en contacto con la saliva o la sangre de otro gato infectado. En principio, sólo se tiene constancia de que el sida felino se trasmite a través de mordeduras, por lo que los gatos callejeros son los más propensos a portar el virus.
A diferencia de la enfermedad en humanos, no se ha comprobado que el sida en gatos se trasmita vía sexual, durante la gestión de una madre infectada o incluso si las mascotas comparten bebedero o comedero.
Si tu gato siempre ha estado en casa no tienes que preocuparte, pero si no está castrado y sale por las noches, lo mejor es que le hagas un análisis de sangre para comprobar que todo esté bien. Recuerda que los gatos son territoriales lo que puede ocasionar alguna que otra pelea con mordiscos.

Síntomas del sida felino

 

Como sucede en los humanos, un gato infectado con el virus del sida puede vivir años sin que presente síntomas característicos o hasta que se pueda detectar la enfermedad.
Sin embargo, cuando la destrucción de linfocitos-T empiece a mermar la capacidad del sistema inmunitario del felino, pequeñas bacterias y virus a los que nuestras mascotas se enfrentan a diario y sin problema alguno, empezarán a causar estragos en la salud del animal y es entonces cuando los primeros síntomas pueden aparecer.
Los síntomas del sida en gatos más comunes y que pueden aparecer meses después de la infección son:

§  Fiebre
§  Pérdida de apetito
§  Pelaje sin brillo
§  Gingivitis
§  Estomatitis
§  Infecciones recurrentes
§  Diarrea
§  Inflamación del tejido conjuntivo
§  Pérdida de peso progresiva
§  Abortos y problemas de fertilidad
§  Deterioro mental
En general, el principal síntoma de un gato con sida es la aparición de enfermedades recurrentes. Así que es importante vigilar la aparición repentina de enfermedades comunes que cuesta que desaparezcan o si tu gato recae de forma constante en problemas de salud que parecen poco importantes.

Tratamiento para gatos con inmunodeficiencia

La mejor cura es la prevención, sin embargo, aunque la enfermedad del sida en gatos no tiene vacuna, con los cuidados adecuados una mascota infectada puede tener una vida feliz.
Para prevenir que tu gato se infecte con el virus del sida recuerda controlar sus salidas y evitar las peleas con gatos callejeros, así como hacerle un chequeo al menos una vez al año y más si ves que vuelve a casa con algún arañazo o mordida. Si esto no fue suficiente y tu gato está infectado tienes que trabajar en el fortalecimiento de las defensas y el sistema inmune.
Existen medicamentos antimicrobianos que pueden ayudar a controlar las infecciones o bacterias que ataquen al animal. Es importante que tengamos en cuenta que estos tratamientos deben llevarse de forma constante porque de lo contrario nuestro amigo felino puede recaer con nuevas infecciones. También existen medicamentos antiinflamatorios que ayudarán al control de enfermedades derivadas como la gingivitis y la estomatitis.
Aparte de los medicamentos, la alimentación de gatos con sida debe ser especial. Se recomienda que la dieta sea de alto contenido calórico, por lo que las latitas y la comida húmeda son un aliado perfecto para luchar contra el deterioro del animal contagiado.
Ningún tratamiento actúa directamente sobre el VIF en sí, lo que podemos hacer para ayudar a nuestra mascota y darle una vida digna, es mantener a raya todas las enfermedades oportunistas que puedan atacarle mientras su sistema inmune está débil.
¿Qué más debo saber sobre el sida felino?

Esperanza de vida: Es importante que tengas en cuenta que la esperanza de vida de un gato con sida no es fácil de predecir, todo dependerá de cómo responda su sistema inmunitario al ataque de enfermedades oportunistas. Cuando hablamos de una vida digna, nos referimos a que una mascota con sida felino puede vivir dignamente teniendo una serie de cuidados mínimos. Aun cuando parezca que su salud repunta se debe estar muy atento a aspectos como el peso y la fiebre.
Uno de mis gatos tiene sida pero los otros no: Si los gatos no luchan entre sí no existen posibilidades de contagio. Recuerda que el sida felino solo se transmita a través de mordeduras. Sin embargo, como esto es algo difícil de controlar, te recomendamos que se aísle al gato infectado, tal como si se tratase de cualquier otra enfermedad infecciosa.
Mi gato ha muerto de sida ¿es seguro llevar uno nuevo?: Sin el portador, el VIF (virus de inmunodeficiencia felina) es muy inestable y no sobrevive más de unas cuantas horas. Además, el sida felino sólo se transmite a través de la saliva y la sangre, y sin un gato infectado que muerda, el contagio a una nueva mascota es muy poco probable.
De todas formas, como con cualquier otra enfermedad infecciosa, te recomendamos algunas medidas preventivas:

§  Desinfectar o reemplazar todas las pertenencias del gato que haya fallecido
§  Desinfectar alfombras y moquetas
§  Vacunar a la nueva mascota contra las enfermedades infecciosas más comunes

¿Un gato con sida puede infectarme?

 No, el sida felino no ataca a humanos. Un gato infectado con sida jamás podrá contagiar a un humano incluso al morderlo. Aunque se trata de la misma enfermedad, el VIF no es el mismo virus que infecta a los humanos, en este caso hablamos del VIH que es el virus de inmunodeficiencia humano.
Este artículo es meramente informativo, no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.





Lipomas

Los lipomas son tumores mesenquimatosos relativamente frecuentes, que consisten en nódulos de grasa en el tejido subcutáneo. Aparecen principalmente en los aspectos centrales de tórax y abdomen y extremidades, de localización subcutánea. Tienen un comportamiento benigno, por lo que no son un motivo de alarma.
Estos bultos de grasa son frecuentes en el perro y más raros en el gato. Pueden ser solitarios o aparecer de forma múltiple. El tratamiento dependerá de cada caso individual y se hará según el tipo de tumor concreto y las condiciones del perro enfermo. Los tumores benignos generalmente no necesitan ser tratados, ya que no causan mayor problema. Solamente se procede a eliminarlos con cirugía si existieran riesgos o molestias para el perro.
En la mayoría de los casos de lipomas, la escisión quirúrgica es fácil de realizar y curativa, sin embargo, este procedimiento requiere anestesia general y puede estar asociado a retrasos en la cicatrización, formación de seromas y lesión de nervios en tumores profundos e intramusculares. Se han realizado diversos estudios en los que se han probado diferentes tratamientos. Entre ellos, la inyección de esteroides, la cual es un tratamiento relativamente seguro y eficaz para lipomas en perros.
La liposucción puede representar un técnica menos invasiva y más atractiva para los propietarios que la cirugía convencional de los lipomas de hasta 15 cm de diámetro. Sin embargo, no se recomienda la liposucción para los lipomas infiltrativos o gigantes de localización inguinal. Se puede esperar una recurrencia en una alta proporción de lipomas, hecho que debería ser considerado a la hora de elegir la liposucción sobre la escisión convencional.
Hay lipomas que según su situación pueden comprometer de forma grave la salud del perro, como es el caso del canal vertebral, por lo que es necesario extirparlos quirúrgicamente. Los lipomas en el canal vertebral pueden ser una fuente de neuropatía pélvica y también evidencian la ayuda de la resonancia magnética para establecer la naturaleza grasa de algunas masas de tejidos blandos.
Quistes sebáceos
Un quiste sebáceo es una cavidad que se forma en el interior de la piel recubierto por la misma. Presenta un contenido líquido o semisólido proveniente de la formación de sustancias proteicas segregadas por esas células y otros detritus celulares. Por el contrario, el adenoma sebáceo es una enfermedad cutánea que consiste en un tumor de crecimiento lento, habitualmente una pápula o nódulo. Los quistes sebáceos pueden desarrollarse en cualquier raza de perro, siendo menos común su presencia en gatos.
Al igual que otros bultos de grasa en el perro, los quistes sebáceos son benignos, por lo que no hay de qué preocuparse. Tienen un comportamiento en tres fases: erupcionan, se encapsulan y se curan solos. Nunca se deben exprimir estos quistes pues se puede provocar una infección de la piel o celulitis que requiera de la administración de antibióticos. La recomendación es mantener la erupción del quiste limpia, pues la mayoría curan por sí solos.
Mastocitomas
El mastocitoma es la neoplasia más frecuente en perros. Representa el 7-21% de los tumores cutáneos en perros. Se puede confundir con otras lesiones de la piel, pues su apariencia clínica es muy variada. La forma más frecuente es la que se presenta como nódulos intradérmicos. Suelen ser alopécicos y con úlcera y enrojecimiento. Tiene una evolución muy impredecible con lo que resulta muy difícil establecer un diagnóstico acurado. Por el contrario es un tumor de fácil diagnóstico mediante una citología.





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