lunes, 30 de septiembre de 2019

Lipomas

Los lipomas son tumores mesenquimatosos relativamente frecuentes, que consisten en nódulos de grasa en el tejido subcutáneo. Aparecen principalmente en los aspectos centrales de tórax y abdomen y extremidades, de localización subcutánea. Tienen un comportamiento benigno, por lo que no son un motivo de alarma.
Estos bultos de grasa son frecuentes en el perro y más raros en el gato. Pueden ser solitarios o aparecer de forma múltiple. El tratamiento dependerá de cada caso individual y se hará según el tipo de tumor concreto y las condiciones del perro enfermo. Los tumores benignos generalmente no necesitan ser tratados, ya que no causan mayor problema. Solamente se procede a eliminarlos con cirugía si existieran riesgos o molestias para el perro.
En la mayoría de los casos de lipomas, la escisión quirúrgica es fácil de realizar y curativa, sin embargo, este procedimiento requiere anestesia general y puede estar asociado a retrasos en la cicatrización, formación de seromas y lesión de nervios en tumores profundos e intramusculares. Se han realizado diversos estudios en los que se han probado diferentes tratamientos. Entre ellos, la inyección de esteroides, la cual es un tratamiento relativamente seguro y eficaz para lipomas en perros.
La liposucción puede representar un técnica menos invasiva y más atractiva para los propietarios que la cirugía convencional de los lipomas de hasta 15 cm de diámetro. Sin embargo, no se recomienda la liposucción para los lipomas infiltrativos o gigantes de localización inguinal. Se puede esperar una recurrencia en una alta proporción de lipomas, hecho que debería ser considerado a la hora de elegir la liposucción sobre la escisión convencional.
Hay lipomas que según su situación pueden comprometer de forma grave la salud del perro, como es el caso del canal vertebral, por lo que es necesario extirparlos quirúrgicamente. Los lipomas en el canal vertebral pueden ser una fuente de neuropatía pélvica y también evidencian la ayuda de la resonancia magnética para establecer la naturaleza grasa de algunas masas de tejidos blandos.
Quistes sebáceos
Un quiste sebáceo es una cavidad que se forma en el interior de la piel recubierto por la misma. Presenta un contenido líquido o semisólido proveniente de la formación de sustancias proteicas segregadas por esas células y otros detritus celulares. Por el contrario, el adenoma sebáceo es una enfermedad cutánea que consiste en un tumor de crecimiento lento, habitualmente una pápula o nódulo. Los quistes sebáceos pueden desarrollarse en cualquier raza de perro, siendo menos común su presencia en gatos.
Al igual que otros bultos de grasa en el perro, los quistes sebáceos son benignos, por lo que no hay de qué preocuparse. Tienen un comportamiento en tres fases: erupcionan, se encapsulan y se curan solos. Nunca se deben exprimir estos quistes pues se puede provocar una infección de la piel o celulitis que requiera de la administración de antibióticos. La recomendación es mantener la erupción del quiste limpia, pues la mayoría curan por sí solos.
Mastocitomas
El mastocitoma es la neoplasia más frecuente en perros. Representa el 7-21% de los tumores cutáneos en perros. Se puede confundir con otras lesiones de la piel, pues su apariencia clínica es muy variada. La forma más frecuente es la que se presenta como nódulos intradérmicos. Suelen ser alopécicos y con úlcera y enrojecimiento. Tiene una evolución muy impredecible con lo que resulta muy difícil establecer un diagnóstico acurado. Por el contrario es un tumor de fácil diagnóstico mediante una citología.





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