La impactación fecal, o fecaloma, consiste en
una acumulación de heces endurecidas en el recto y/o en el colon que el
paciente no puede expulsar espontáneamente. Se considera una de las
complicaciones más importantes del estreñimiento y, por tanto, sus causas son
muy similares y de origen múltiple (funcionales, alimentación inadecuada,
inmovilidad, deshidratación, fármacos, debilidad, etc.). El fecaloma suele
aparecer con mayor frecuencia en los ancianos incapacitados o
institucionalizados y en los enfermos terminales de cáncer. Su localización más
frecuente es la ampolla rectal (70%), el colon sigmoide (20%) y el colon
proximal (10% de los casos).
La patogenia de la impactación fecal no está completamente
aclarada. Sin embargo, parece que en casi el 50% de los pacientes con cáncer
avanzado, el fecaloma se produce porque el bolo alimentario permanece en el
colon 4-12 días, en lugar de 2-3 que suele durar el tránsito normal. Por este
motivo, la absorción de agua de la masa fecal se ve aumentada, al permanecer
ésta en contacto más prolongado con la mucosa intestinal; de esta manera, se
produce un endurecimiento gradual de las heces.
El cuadro clínico es muy variable y, a veces, muy escaso en
síntomas. Se suele manifestar en el contexto de un cuadro de estreñimiento
crónico y puede producir anorexia y deterioro del estado general acompañado de
diarrea por rebosamiento con incontinencia fecal y/o urinaria. El diagnóstico
del fecaloma se basa en la anamnesis y la exploración física, que consistirá en
la palpación abdominal y el tacto rectal compatible (palpación de masa fecal
endurecida en la ampolla rectal). Si la impactación fecal es alta, la ampolla
rectal estará libre de heces, y en estos casos es útil realizar una radiografía
simple de abdomen.
Síntomas
Diarrea
Excreción continua de
liquido por el recto
Dolor rectal y
cólicos abdominales
Deseo insatisfecho de
defecar
Estreñimiento
Distensión abdominal
Masa dura y palpable
en el bajo vientre
Período prolongado
sin defecar
Los fecalomas se
reconocen por el paso de líquido fecal filtrado (diarrea) y por heces anormales
La porción líquida de las heces se filtra hacia afuera y alrededor de la masa
fecaloidea. Los fecalomas se pueden valorar por el examen digital del recto,
durante el cual la masa endurecida se puede palpar a menudo.
Las causas de los
fecalomas son, generalmente, malos hábitos de defecación y estreñimiento.
Ciertas medicaciones también contribuyen a la formación de fecalomas, así como
el bario que se utiliza para determinadas pruebas radiológicas.
En los ancianos, es
una combinación de factores lo que contribuye a la formación de fecalomas:
ingesta pobre de líquidos, masa insuficiente en la dieta, falta de actividad y
tono muscular debilitado. Teóricamente se pueden prevenir los fecalomas, sin
embargo, algunas veces son necesarias medidas terapéuticas para extraer el
fecaloma, como la extracción digital
lunes, 13 de mayo de 2019
Piometra en animales
Detectar enfermedades a tiempo es de suma importancia, es imprescindible conocer a fondo los síntomas, que la causa, entre otras ya que tienen efectos perjudiciales en la salud de los animales
La piometra es una enfermedad infecciosa producida
por bacterias y se caracteriza por la presencia de pus dentro de la cavidad del
útero o matriz. Afecta a perras y gatas de mediana
o avanzada edad, aunque con menor frecuencia puede afectar animales más
jóvenes. Generalmente aparece después de haber transcurrido la época del estro,
después del celo cuando los niveles de progesterona están más altos. las causas
son variadas, pero están relacionadas con disturbios hormonales y la edad.
El animal cuando
padece esta enfermedad llamada piometra está
decaído, tiene secreciones de pus por vagina (a veces no), toma mucha agua,
apetito disminuido. Es un cuadro infeccioso severo por lo que puede
producir una Insuficiencia renal, alteraciones hepáticas, peritonitis, etc. por
las toxinas que se encuentran en el torrente sanguíneo. Antes el único
tratamiento posible era la cirugía, esta consistía en la extirpación del útero
y los ovarios.
Actualmente existe
un tratamiento con un medicamento nuevo que ha tenido
resultados alentadores en algunos casos, evitando así la cirugía, aunque tiene
algunos efectos colaterales no graves que pasan enseguida como salivación y
temblores. Se hace un tratamiento durante 5 días y además se aplican
antibióticos para que la infección no siga avanzando. Este tipo de tratamiento
se puede hacer una vez, la perra seguramente va a mejorar y en algunos casos
cura totalmente; pero a veces la infección es tan grave que no se alcanza a
expulsar la totalidad del pus del útero y hay una recurrencia del problema en un
lapso de tiempo variable.
En este caso no queda otra
alternativa que recurrir a la cirugía; aquí la recuperación es completa debido
a que se extirpa todo y con eso la infección desaparece con lo extraído. El
tratamiento con medicamentos está indicado cuando el animal se lo quiere
conservar para reproducción, cuando el estado sanitario no es el adecuado para
resistir una operación y también por razones económicas ya que la cirugía es
más costosa.
Alteración
de la inmunidad propia del útero
Durante el celo, las bacterias (la
más frecuente es Escherichia coli) que se encuentran en la vagina pueden
ascender hasta el útero donde encuentran un ambiente muy favorable para su
multiplicación. La utilización de algunas hormonas (estrógenos y progestágenos)
para la prevención de las gestaciones no deseadas, predispone a la aparición de
la piómetra. Las perras adultas o viejas tienen celos irregulares que
predisponen a estos problemas, ya que tienen celo durante toda la vida.
Signos
Clínicos de la Piometra
Los síntomas aparecen a las 3-6
semanas después del celo. Son muy variables, pero los más frecuentes son:
apatía, anorexia (dejar de comer), fiebre (en un 20% de los casos), vómitos,
polidipsia (beber mucho), poliuria (orinar mucho) y deshidratación. A veces,
cuando la piómetra es “abierta” se observa una descarga de secreción purulenta
por la vagina. Algunas perras llegan en estado de shock debido a las
complicaciones graves secundarias a la piómetra como: septicemia (bacterias en
la sangre), endotoxemia (toxinas en la sangre), peritonitis o insuficiencia
renal.
Recomendación
Recurre lo antes posible con tu
médico veterinario para que trate esta urgencia de forma inmediata. El tiempo
entre que empiezan los problemas y la actuación veterinaria es muy importante
para la supervivencia de su perra. Diagnóstico La mayoría de las veces con la
historia clínica y una buena exploración ya es posible emitir un diagnóstico.
Otras veces, son necesarias otras pruebas complementarias para confirmar el
diagnóstico, así: análisis de sangre (para valorar el número de glóbulos
blancos y la funcionalidad renal), radiografías del abdomen o ecografías del
aparato genital.
Tratamiento
Recuperar o evitar la presencia del
shock en la perra. En esta fase la infusión masiva de fluidos en la circulación
sanguínea es fundamental. También hay que controlar la funcionalidad renal e
iniciar un tratamiento con antibióticos de amplio espectro. Una vez que la
perra está estabilizada hay que entrar al quirófano para realizar una
ovariohisterectomía (extirpar los ovarios y el útero).
En las perras que estén estables y
que presenten una piometra “abierta”, se puede aplicar un tratamiento médico
con antibióticos y prostaglandinas (hormonas que aumentan las contracciones
uterinas). Con este tratamiento se intentaría mantener la capacidad
reproductora de la perra, sin embargo, debido a la gravedad de la enfermedad y
a la particular anatomía del útero de las perras, los resultados son menos
satisfactorios.
Pronóstico Piometra
Si se opera de forma rápida las
posibilidades de éxito son muy altas, sin embargo, si existen algunas de las
complicaciones antes mencionadas las perras pueden morir durante la cirugía o
días después de ésta. Si no se tratan adecuadamente las perras morirán debido a
la gravedad de esta infección. El tratamiento quirúrgico consigue una curación
definitiva a utilización de un tratamiento médico ha de ser valorado cautamente
por el veterinario y el propietario. Sin embargo, hay que considerar que las
perras que han cursado con piómetra normalmente quedan con una insuficiencia
renal que debe ser tratada (generalmente vía alimentación) y controlada por tu médico
veterinario de por vida.
Prevención
·Utilizar muy ocasionalmente los medicamentos anticonceptivos en las
perras.
·Operar a las perras que no se desea que tengan descendencia.
·Hacer controles posts partos del sistema reproductor con su médico
veterinario
lunes, 6 de mayo de 2019
Síndrome de dilatación-Torsión
gástrica
Es
de manera importante saber todo acerca del animal que se adquiere en las
especies animales se presentan distintas patológicas especificas de cada
especie como el caso siguiente:
Es un
síndrome en el cual se produce una gran cantidad de gas en el estómago lleno de
comida y líquidos con la posibilidad de que se produzca una rotación más o
menos marcada sobre su eje longitudinal. Afecta a perros adultos entre los 2 y
10 años principalmente de razas grandes y gigantes. Tradicionalmente se ha
asociado la aparición de este síndrome a la ingesta de grandes volúmenes de
alimentos y líquidos y al inmediato ejercicio físico posterior aunque
actualmente se piensa que los perros afectados pueden sufrir algún tipo de
anormalidad en la motilidad gástrica. Tras la dilatación y la torsión se
produce un estado de shock hipovolémico, isquemia severa en la pared gástrica
y, en ocasiones, se produce también simultáneamente un cambio de posición del
bazo que puede estar muy congestionado e incluso torsionado completamente. El
estado de shock, las lesiones isquémicas gástricas y la liberación de gran
cantidad de sustancias mediadoras de la inflamación producen, rápidamente, una
endotoxemia y establecimiento de un estado de CID así como la aparición de
arritmias cardíacas.
PRONÓSTICO: El
pronóstico depende del tiempo que h aya pasado hasta que se inicia el
tratamiento, de la agresividad del mismo y de la infraestructura hospitalaria
para poder realizarlo. Actualmente se estipula que son porcentajes de éxito un
70% de recuperación.
SÍNTOMAS: La severidad
de los signos depende del grado de dilatación gástrica y la presencia o no de
vólvulo. Náuseas, intentos de vomitar, depresión, debilidad, distensión y dolor
abdominales, sialorrea, timpanismo, signos de mala perfusión sanguínea y shock
son algunos de ellos.
TRATAMIENTO: Es un
tratamiento de urgencia y por lo tanto debe instaurarse lo más rápidamente
posible. Es prioritario iniciar tratamiento del shock hipovolémico,
fluidoterapia con fluidos cristaloides (200 ml/kg/15 minutos, mantener ritmo
80-90 ml/kg) y [corticoesteroides a dosis de shock] y antibioterapia de amplio
espectro. En segundo lugar debe intentarse el sondaje orogástrico para
disminuir la distensión gástrica y aprovechar, si es posible, para realizar un
lavado gástrico con agua templada y extraer el máximo contenido posible de
contenido gástrico. En los casos en que el sondaje no es posible, debe
realizarse una gastrotomía temporal en el lado derecho para poder aliviar la
distensión gástrica. En ambos casos es muy útil la utilización de analgésicos
opiáceos en las maniobras de sondaje o durante la gastrotomía. En el momento en
que el estado del animal sea correcto y se haya controlado el estado de shock
debe realizarse la cirugía en los casos de vólvulo gástrico retornando el estómago
a su posición natural, realizando técnicas de gastropexia para prevenir futuras
torsiones y cerrando la gastrotomía temporal en el caso que haya sido
necesaria. El momento de realizar la cirugía debe ser lo antes posible siempre
que el estado del perro no suponga un riesgo anestésico muy alto. En los casos
con necrosis gástrica evidente deben realizarse resecciones de la pared
gástrica así como una esplenectomía en casos de necrosis o trombosis del bazo.
En los últimos años se ha demostrado la importancia de los problemas por la
reperfusión que se produce no en el momento de la torsión sino posteriormente
cuando ésta ya se ha resuelto. Esto se produce como consecuencia de los
radicales libres de hidrógeno que se producen durante la isquemia y que lesionan
los tejidos en el momento de la reperfusión cuando se restablece la circulación
normal. Se pueden utilizar fármacos que disminuyen la producción de estos
radicales libres como la deferoxamina (no disponible en España). Uno de los
problemas que se pueden presentar como consecuencia de los fenómenos de
reperfusión son las arritmias cardíacas especialmente arritmias ventriculares,
normalmente unas horas o pocos días después de la torsión. En caso de que éstas
se presenten debe realizarse el tratamiento adecuado con [lidocaína] como
fármaco de elección. En los perros que hayan sufrido uno o más episodios de
dilatación sin torsión es conveniente realizar una técnica de gastropexia para
evitar el vólvulo.
Parásitos internos y externos en animales
En varias ocasiones se
considera que los parásitos no podrían ser peligrosos ni mucho menos mortales
para la vida de nuestras mascotas, a continuación se exponen información acerca
de el efecto que tienen los parásitos en el organismo de un animal.
¿Qué
son los parásitos?
Los parásitos internos, también
llamados endoparásitos, son pequeños organismos (principalmente gusanos y
protozoos) que viven en el interior del cuerpo del animal, especialmente en el
intestino, el corazón y los pulmones, entre otros órganos.
Algunos de ellos son muy frecuentes en
los animales de compañía y pueden ser perjudiciales tanto para los animales
como para sus propietarios. De hecho, algunos se pueden transmitir a los seres
humanos (zoonosis) y causar graves enfermedades.
¿Qué son los parásitos internos?
Los parásitos internos viven en el
interior de otro ser vivo, el hospedador. Dichos parásitos internos son
habituales en perros y gatos, especialmente en los animales de corta edad. Los
parásitos internos pueden invadir muchas zonas del cuerpo, como el tubo
digestivo (por ejemplo, el intestino), el corazón, los pulmones, los ojos, las
vías urinarias, la piel, la musculatura e incluso el cerebro. Existen diversos
tipos de parásitos internos que se pueden clasificar en función de los órganos
que invaden.
Muchos parásitos internos tienen ciclos de vida complejos y migran por
el cuerpo del animal infestado a medida que maduran. Algunas especies necesitan
parasitar y madurar en otro tipo de animales distintos para multiplicarse e
infestar después a perros y gatos. Los parásitos internos tienen una gran
repercusión en la salud del animal, ya que pueden causar enfermedades graves,
algunas de las cuales se pueden transmitir a las personas: estas enfermedades
se llaman zoonosis.
La mayoría de los parásitos internos adultos son lo bastante grandes
para ser perceptibles a simple vista, pero también pueden permanecer ocultos en
el cuerpo del animal cuando invaden un órgano interno (p. ej., el
corazón). En el caso de los parásitos internos del intestino, en
ocasiones es posible ver los gusanos en las heces. Sin embargo, los huevos son
microscópicos y no es posible detectarlos a simple vista; a menudo, están
presentes en las heces, listos para infectar a otro animal.
¿Qué son los parásitos externos?
Los parásitos externos, según su especie, se alojan
en las distintas capas de la piel de los perros. Las lesiones que ocasionan
pueden tener diversa gravedad, tanto por una reacción alérgica por parte del
perro como por la transmisión de otras enfermedades de las que son potenciales
portadores.
Distintas especies
de parásitos
Los
parásitos externos que más afectan a los perros son los ácaros, las garrapatas,
las pulgas, los piojos, ciertas especies de mosca y helmintos cutáneos.
Ácaros
Pueden afectar a distintas zonas. Los hay exclusivos del oído (Otodectes
cynotis); los que viven en la superficie de la piel y cuyo tamaño y color hacen
que reciban el nombre coloquial de «caspa andante» (Cheyletiella), o los que
producen los dos tipos de sarna canina: la sarcóptica (Sarcoptes scabiei) y la
demodécica (Demodex cannix), una enfermedad que produce lesiones muy graves
pero que si se diagnostica a tiempo se cura con facilidad.
Garrapatas
Se alojan sobre la piel, en la que pican para alimentarse de la sangre del
animal. Su mayor gravedad estriva en que son portadoras de muchas y muy graves
enfermedades. Cuando se eliminan es importante que no quede ninguna parte del
parásito dentro de la piel del perro. Su ciclo vital se realiza principalmente
durante la primavera y el verano, pero puede tener mayor duración si las
condiciones son adecuadas. Su localización predilecta es en la cabeza, sobre
todo,cerca de las orejas, y en el cuello.
Pulgas
Se sitúan sobre toda la piel, en cambio su zona predilecta es la dorsolumbar.
Al igual que la garrapata, transmiten multitud de enfermedades. Es
relativamente frecuente que aparezca una reacción alérgica del perro frente a
la saliva de la pulga, lo que condiciona el tratamiento a recibir. Dado que no
siempre vive sobre la piel canina (pueden hacer sus nidos en las alfombras del
hogar), para su erradicación hay que limpiar correctamente todo su entorno. Son
más habituales en latitudes húmedas y cálidas.
Piojos
Éstos sí están durante toda su vida sobre la piel del animal, así que controlar
su destrucción es más fácil. Hay dos variedades según si chupan (anoplura) o si
muerden,(mallophagos).
Moscas
Las larvas de las miasis destruyen la piel, de modo que se pueden producir
infecciones secundarias de pronóstico grave. Una vez eliminadas las larvas hay
que curar cuidadosamente las heridas provocadas.
Helmintos
Afectan al perro algunos vermes o gusanos cutáneos que llegan a la piel a
través de las heridas abiertas; sin embargo, no son muy frecuentes en los
países occidentales.
Claves
El mejor método para prevenir las afecciones parasitarias es un cercano cuidado
higiénico del animal aplicando algún tipo de insecticida repelente, el cuidado
higiénico de su entorno y una adecuada desparasitación tanto interna (puesto
que actúan como intermediarios de otros agentes patógenos) como externa.
Los productos cuyos principios activos son permetrinas, diazinón, lindano,
diclorvos, malatión, fipronil, ivermectina o amitraz tienen una eficacia
contrastada, y deben ser usados según las recomendaciones del fabricante.
Pulgas
Dos pulgas pueden convertirse en dos mil en menos de un mes si las condiciones
climatológicas son adecuadas, ya que una puede poner hasta cincuenta huevos al
día. El estado del bienestar propio de Occidente permite un mejor desarrollo de
las pulgas, puesto que la comodidad de nuestros hogares favorece su
proliferación.
¿Quéproducen?
Las lesiones que producen en
los animales infestados pueden causar desde trastornos relativamente leves
hasta una enfermedad grave y mortal. La correcta prevención de las infecciones
parasitarias con los medicamentos adecuados es fundamental para una correcta
atención sanitaria del animal y, en el caso de ciertas enfermedades de este
tipo, también contribuye a prevenir su contagio a los seres humanos.
GUSANOS INTESTINALES de
los animales domésticos (4 tipos principales)
Los vermes redondos y, en concreto, los ascáridos son los más abundantes
y están muy extendidos por todo el mundo. Los gusanos adultos tienen forma
cilíndrica, miden unos 10 cm de longitud y su aspecto recuerda a un espagueti.
Los cachorros y los gatitos se infectan a través de la leche materna o durante
la gestación, y todos los animales de compañía (ya sean de corta edad o
adultos) pueden resultar infestados a partir del suelo o el pelaje contaminados
con heces de hospedadores infestados con el parásito adulto. Los vermes
redondos se pueden también transmitir a las personas, sobre todo a los niños.
Las infecciones por vermes redondos son una zoonosis de gran importancia, ya
que pueden provocar una enfermedad grave, especialmente en los niños, sobre
todo si las larvas migran a los ojos (larva migrans ocular), donde pueden
causar ceguera, o a las vísceras (larva migrans visceral). Por esta razón, es
esencial ocuparse de prevenir la infestación por estos parásitos mediante la
administración periódica de antiparasitarios, y hacerlo siempre con el
asesoramiento de su veterinario.
Los ancilostomas son
gusanos pequeños y delgados que no alcanzan 1,5 cm de longitud y que tienen
forma de gancho. Pueden infectar a perros y gatos. Viven en el intestino del
animal, donde se alimentan de sangre. Los animales domésticos se pueden
infectar a través de la leche materna o a partir del suelo o el pelaje
contaminados. A diferencia de los vermes redondos, los anquilostomas también
pueden atravesar la piel. Los anquilostomas se pueden transmitir a las
personas. En el ser humano, las larvas pueden migrar a la piel, donde provocan
lesiones cutáneas moderadamente inflamadas y generalmente elevadas (erupciones
serpiginosas), así como enteritis eosinofílica (una enfermedad digestiva).
Los trichuris son
gusanos mucho más pequeños que tienen forma de látigo, frecuentes sobre todo en
los perros, donde parasitan el intestino grueso. Los perros se infectan por el
contacto con el suelo o el pelaje contaminados con los huevos del parásito.
Las tenias son
parásitos intestinales de gran importancia, por el hecho de ser bastante
habituales y por poder transmitirse al ser humano con consecuencias más o menos
graves. Varias especies pueden parasitar a perros y gatos, entre ellas Echinococcus spp., Dipylidium
caninum y Taenia spp. Los adultos poseen una cabeza
con la que se anclan a la pared intestinal, mientras que su cuerpo plano queda
suspendido entre los alimentos digeridos. El cuerpo de estos gusanos está
dividido en segmentos y puede ser muy pequeños o alcanzar hasta 2 m de
longitud. Los gatos, y especialmente los perros, pueden resultar infectados por
comer carne cruda (E. granulosus), cazar roedores (E. multilocularis)
o ingerir pulgas durante el acicalamiento (Dipylidium caninum).
La especie Echinococcus es la más
temida, debido al riesgo de contagio a las personas, en las que puede ocasionar
graves consecuencias. En las personas estos gusanos pueden provocar
equinococosis alveolar y quística (invasión de los parásitos en el hígado y los
pulmones), que requiere tratamiento farmacológico y quirúrgico. La
equinococosis es una zoonosis importante cuya prevención requiere la aplicación
de medidas higiénicas y la desparasitación periódica de las mascotas.
Otros parásitos intestinales de tamaño microscópico,
como Giardia o Tritrichomonas, también pueden
infectar a perros y gatos, y pueden asimismo transmitirse a las personas.
GUSANOS DEL CORAZÓN Y
VERMES PULMONARES
Estos
gusanos redondos pasan su vida adulta en el corazón y los pulmones de los
perros y los gatos.
La dirofilariosis (Dirofilaria
immitis) es la más importante de las enfermedades causadas por este
tipo de parásitos y está presente en muchos países incluso aquí en Argentina.
La dirofilaria es transmitida por varias especies de mosquitos, pero como la
larva de este gusano necesita un verano caluroso para desarrollarse dentro del
insecto, queda limitada a zonas ribereñas. Sin embargo, el calentamiento global
está favoreciendo la expansión del parásito hacia zonas más septentrionales.
La estrongiloidosis.
Este tipo de parásitos tiene un estadio intermedio que vive en las babosas y en
los caracoles, e infectan al perro o al gato cuando éstos los devoran. Una vez
en el cuerpo del animal, pueden invadir los órganos internos, sobre todo los pulmones.
Los gusanos
intestinales alteran la función normal del intestino y el
crecimiento del cachorro. Las infestaciones por estos parásitos pueden causar
desde una enfermedad inapreciable, que no provoca prácticamente síntomas
clínicos en los animales adultos, a un cuadro grave en los cachorros, en los
que aparecen síntomas gastrointestinales como diarrea, vómitos y pérdida de
peso que, en última instancia, pueden acabar provocando la muerte del animal.
Otros síntomas graves pueden incluir hinchazón del vientre, apatía, tos y
pérdida de sangre. La gravedad de la enfermedad depende del número de gusanos
que infestan al animal y de la edad de éste.
No
obstante, es posible que algunas mascotas infectadas no muestren ningún síntoma
clínico. La mayoría de los animales adultos pueden sufrir únicamente un ligero
deterioro de su estado general, por lo que muchos propietarios no son capaces
de detectar el problema. Algunos pueden ver segmentos de tenia, con aspecto de
“granos de arroz”, en las heces y observar algunos síntomas leves en su
mascota, como irritación anal, que, en ocasiones, provoca que el animal
arrastre la zona de la parte posterior por el suelo de una manera muy
característica para aliviar el picor (“signo del trineo”). Por esta razón es
tan importante que la prevención se realice de forma constante y periódica.
Los gusanos
del corazón y los vermes
pulmonares provocan lesiones de diversa consideración en los vasos
sanguíneos del corazón y los pulmones cuando migran por el cuerpo. Los gatos y
los perros que presentan dirofilariosis pueden no presentar síntoma alguno,
pero también pueden manifestar toda una serie de síntomas relacionados con
disfunciones pulmonares, cardiacas, hepáticas o renales, según en qué fase se
encuentre la infección. La enfermedad puede ser de presentación aguda, pero
normalmente comienza con síntomas que pasan casi totalmente desapercibidos. En
función del número de gusanos y de la fase de la infestación, los perros pueden
no mostrar ningún síntoma clínico, o bien pueden mostrar algunos síntomas como:
desinterés por el juego y el ejercicio, vientre hinchado, o tos, apatía o
letargo.
¿Cómo prevenirlos?
Las enfermedades parasitarias provocadas por
parásitos internos, como los gusanos intestinales y los gusanos del corazón, se
pueden prevenir fácilmente con la administración periódica de productos
antiparasitarios y la adopción de medidas higiénicas. Dada la amplísima
presencia de muchos de estos parásitos, su gran resistencia a las condiciones
ambientales adversas (p. ej., los vermes redondos) y el posible riesgo para la
salud de la familia, es fundamental desparasitar periódicamente a todos los
perros y gatos del hogar.
La
desparasitación es la única forma de eliminar eficazmente los gusanos
intestinales, y debe realizarse de manera periódica para evitar nuevas
infestaciones. Los veterinarios expertos en parasitología recomiendan
desparasitar a los animales domésticos como mínimo 4 veces al año para evitar
la reaparición de los gusanos intestinales más corrientes. Por lo que respecta
a la dirofilariosis, también existe una medicación específica para prevenir la
infección.
La frecuencia de administración de los
antiparasitarios para prevenir la aparición de los gusanos intestinales también
depende de los factores de riesgo del animal, tales como la edad (los cachorros
son más vulnerables), el estado de salud (por ejemplo, perras gestantes), los
hábitos (acceso al exterior), la situación local de la enfermedad (su zona de
residencia puede estar particularmente afectada) y la alimentación (perros o
gatos que cazan roedores, o que tienen acceso a carne cruda o basura). Así
pues, dependiendo de estos factores, su mascota puede correr más o menos riesgo
de infección.Según los
factores de riesgo presentes en cada caso, el veterinario escogerá el programa
de desparasitación más conveniente para su mascota en función de sus
necesidades específicas y le indicará cuál es el producto más adecuado.
También
se recomienda aplicar medidas higiénicas para evitar la contaminación del suelo
con ciertos parásitos intestinales, pues no sólo su mascota podría volver a
quedar infectada sino que también podría producirse la infestación de personas
de su entorno. Estas medidas incluyen mantener a su perro alejado de sus
propias heces y de las deposiciones de otros perros, pues el contacto con ellas
es la forma más habitual de infestación por gusanos. Retirar las heces del
perro evita la contaminación del suelo y el contagio de otras mascotas. Además,
conviene evitar que los perros defequen en la bandeja sanitaria donde los gatos
hacen sus deposiciones (por ejemplo, manteniéndola tapada). Los huevos de los
gusanos se pueden encontrar en cualquier parte, ocultos en el pelaje del animal
o en los lugares a los que tiene acceso (jardín, calle o cajas de arena).
También es importante lavarse frecuentemente las manos y limpiar periódicamente
la cama del perro.
Por
último, es necesario evitar el contacto de nuestras mascotas con animales
salvajes y animales muertos, así como que cacen roedores. También se deben
controlar las infestaciones por pulgas, puesto que estos insectos transmiten
algunas tenias.
También
es importante prevenir la infestación de personas (zoonosis). Puesto que los
niños forman parte de la población con mayor riesgo, es esencial evitar que los
perros defequen en los parques de juego infantiles e, incluso, de las
inmediaciones (porque en ocasiones las larvas/huevos son capaces de moverse
algunos metros hacia zonas que les son favorables). Otros segmentos de
población de riesgo son ancianos y enfermos inmunodeprimidos o que estén
recibiendo medicación para inmunosupresión (enfermos con SIDA, enfermos con
transplantes órganos…)